“The Living Road” es su segundo disco. Antes de este disco estuvo un año en Francia en el circo de sus hermanas. Fue en Marsella donde comenzó a escribirlo. En este disco soplan aires latinos, también hay folk y blues, chanson y rancheras. Las letras de las canciones son en los tres idiomas que le acompañaron durante su vida: el español paterno, el inglés materno y el francés de acogida cuando se estableció en Canadá. Su dicción es sorprendentemente natural en los tres idiomas. De voz suave y profunda y también triste y grave a la vez que etérea, su manera sobrecogedora de interpretar hace que las canciones de este disco apunten certeras al alma, con una sencillez que te desarman. El percusionista Françoise Lalonde y el pianista Jean Massicotte le ayudaron en los arreglos y la producción de este disco. Un disco de composiciones apasionadas y desconcertantes con mucha carga sentimental para saborearlo en casa, con toda la atención puesta en ello y la emoción brotando por todos los poros de la piel. Ojalá hubiera tenido la oportunidad de ver alguno de sus directos. Estoy convencido que hubiera sido una experiencia a recordar el resto de mi vida.
martes, 17 de abril de 2012
“THE LIVING ROAD” 2003. LHASA
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Muy bonita y triste la canción, como otras suyas. Qué pena que los milagros no existan, aunk siempre quede el espejismo de la ilusión.
ResponderEliminarNo sé a que tipo de milagros te refieres anónimo, desde luego de los de multiplicar el pan y los peces seguro que no pero de los de que ocurran cosas inesperadas a base de ilusión si que existen, te lo digo yo...
ResponderEliminarDónde has dejado a Peter Pan, Campanilla? jaj!
ResponderEliminarNo miarma, fue Campanilla la que me dejó por otro, la muy...
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