martes, 17 de abril de 2012

“THE LIVING ROAD” 2003. LHASA

Lhasa de Sela fue un alma especial y fascinante nacida cerca de Woodstock (Nueva York) y criada de forma errante en un autobús, lo que fomentó su espíritu artístico. Su familia fue tan particular como ella: su padre escritor mexicano y su madre fotógrafa judía americana, además de una prole numerosa de hermanos. Lhasa es el nombre de la capital del Tibet. Con 19 años Lhasa se estableció en Montreal, Canadá. Antes de debutar en solitario con un disco en 1997, mostró su voz durante años en bares junto con el guitarrista Yves Desrosiers.  Colaboró alguna vez aportando su voz con Tindersticks y sus canciones se han usado en producciones de TV, cine y cine documental. El primer día de 2010 su vida tocó a su fin a los 37 años por culpa de un cáncer de mama.

“The Living Road” es su segundo disco. Antes de este disco estuvo un año en Francia en el circo de sus hermanas. Fue en Marsella donde comenzó a escribirlo. En este disco soplan aires latinos, también hay folk y blues, chanson y rancheras. Las letras de las canciones son en los tres idiomas que le acompañaron durante su vida: el español paterno, el inglés materno y el francés de acogida cuando se estableció en Canadá. Su dicción es sorprendentemente natural en los tres idiomas. De voz suave y profunda y también triste y grave a la vez que etérea, su manera sobrecogedora de interpretar hace que las canciones de este disco apunten certeras al alma, con una sencillez que te desarman. El percusionista Françoise Lalonde y el pianista Jean Massicotte le ayudaron en los arreglos y la producción de este disco. Un disco de composiciones apasionadas y desconcertantes con mucha carga sentimental para saborearlo en casa, con toda la atención puesta en ello y la emoción brotando por todos los poros de la piel. Ojalá hubiera tenido la oportunidad de ver alguno de sus directos. Estoy convencido que hubiera sido una experiencia a recordar el resto de mi vida.



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4 comentarios:

  1. Muy bonita y triste la canción, como otras suyas. Qué pena que los milagros no existan, aunk siempre quede el espejismo de la ilusión.

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  2. No sé a que tipo de milagros te refieres anónimo, desde luego de los de multiplicar el pan y los peces seguro que no pero de los de que ocurran cosas inesperadas a base de ilusión si que existen, te lo digo yo...

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  3. Dónde has dejado a Peter Pan, Campanilla? jaj!

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    1. No miarma, fue Campanilla la que me dejó por otro, la muy...

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