Hay veces en las que te apetece ponerte a bailar en casa, o bien porque estás de un humor estupendo o bien porque tienes algo que celebrar como por ejemplo que te has mudado a un apartamento que te gusta mucho y en el que has montado tu nuevo hogar. Este disco viene muy bien para estos casos.
Django Django son de Edimburgo (preciosa ciudad), son cuatro y se conocieron en una escuela de arte, así que sus inquietudes van más allá de las meramente musicales. Lo forman Vincent Neff (guitarra, voz), Jimmy Dixon (bajo), Tommy Grace (teclados) y David Maclean (percusiones). Ellos experimentan con el electro-pop aderezándolo con mil cosas más.
Este es su disco de debut, aunque el proyecto llevaba en marcha desde 2009. En la producción se implica David Maclean y está editado en el sello francés Because. 13 canciones sin desperdicio llenas de psicodelia con sintetizador. Energía a raudales, aquí las melodías pausadas escasean, aquí de lo que se trata es de una explosión rítmica. Buen ejercicio el de estos escoceses, un disco divertido del que echar mano para guateques caseros.
Que Dominique A es un grande lo discuto con cualquiera. Y para ello el que diga lo contrario tendrá que ser muy diestro argumentado, vamos, que tiene las de perder. Sin duda es uno de mis favoritos –creo que esto ya lo he dicho en este blog-. Lo sigo desde hace muchos años, tanto sus discos como sus conciertos y hablo con propiedad cuando afirmo que su progresión es merecedora de elogios. 20 años hace ya de su primer disco y el francés sigue sorprendiendo con su particular estilo y concepción musical donde abunda el ingenio, la destreza y el carácter. Una lúcida madurez musical la suya, sin atisbos de perder frescura y naturalidad. Este inquieto galo de Nantes sigue demostrando que lo suyo está al alcance sólo de unos pocos.
“Vers les luers” es el noveno disco de su magnífica carrera. En este disco el protagonismo es para el quinteto de vientos que arregla armoniosamente las canciones sin colisionar con los elementos eléctricos. Sensibilidad y belleza, romanticismo y misterio, melancolía… en fin, los elementos comunes de este hacedor de sublimes composiciones. No digo más sobre este disco, juzguen ustedes mismos.
Esta semana lo he vuelto a ver en concierto –ni recuerdo cuántas veces han sido ya-, otra vez lo he tenido delante viéndole arrugar la frente, hacer aspavientos con los brazos, y como le caía el sudor sobre su guitarra. También de nuevo rechazando con humor tocar “Antonia” en los bises y sobre todo haciéndome disfrutar y sorprendiéndome nuevamente. Esta vez ha sido en la sala Abordage, en Evreux, aquí en su Francia natal. Acompañado de una estupenda banda con teclado, batería, bajo –y también contrabajo-, guitarra de apoyo –buenísimo este chico que le acompaña desde hace tiempo en el escenario aportando distorsión con su juego de guitarras Jaguar- y Dominique Ané con su inseparable guitarra Telecaster. Emoción a flor de piel tanto sobre el escenario como entre el público. Sinceros aplausos y silbidos le brindé como agradecimiento. Un grande, sí señor.
Dedicado a mí mismo, que cumplí años ayer y además es mi blog.
Hay veces en las que te apetece ponerte a bailar en casa, o bien porque estás de un humor estupendo o bien porque tienes algo que celebrar como por ejemplo que te has mudado a un apartamento que te gusta mucho y en el que has montado tu nuevo hogar. Este disco viene muy bien para estos casos.
