
Emily Loizeau nació en el extrarradio de Paris de padre francés y madre británica. Fiel a su doble origen, sus composiciones son igualmente en francés como en inglés, idiomas ambos que maneja con soltura y destreza. También su formación de piano clásico –que comenzó desde muy pequeña- se trasluce en ellas. La filosofía y la musicología además del arte dramático completan su formación académica. Sus canciones son en gran parte sobre temáticas que retrotraen a la infancia, llenas de ternura, sensibilidad y también ironía y penumbra. Echa a si misma, su primer mini-lp fue autoeditado en 2005, después vendría algo de reconocimiento a su talento y una larga gira por Europa y el continente americano. En mi opinión no es otra chica-sensible-de voz bonita, no, ella es otra cosa, les lleva bastante ventaja al resto.
“Mothers & Tigers” es su último y tercer disco. El título hace referencia a la maternidad –ella ha sido madre el año pasado- y también a la libertad y la energía que tienen los niños. La rica instrumentación y los cuidados arreglos hacen de este disco una delicia sonora. Un trabajo con deje naif pero no por ello exento de profundidad. Fue gestado en el sudeste francés donde Emily Loizeau tiene una casa rodeada de naturaleza. Fue allí donde usó su imaginación poética inspirada en William Blake para componer este disco. La canción que abre el disco es un homenaje a la memoria de Lhasa de Sela, de la que dice sentirse cerca por su personalidad y su lado torturado. Un disco íntimo que pide intimidad y luz tenue para su disfrute.
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