La semana pasada, al volante, volviendo de un concierto en
busca de un bar, Radio3 me regaló los oídos con dos canciones seguidas muy
particulares que reconocí al instante y dije: “Coño, las Vainica Doble, que
bonito”. Y me hubiera gustado que el bar estuviera más lejano y tener algún cd
de ellas en el coche. Esta semana las he vuelto a recuperar, hacía tiempo que
no le quitaba el polvo a algún disco de ellas. Y desde entonces el disco del
que hablo en esta entrada me sirve de agradable compañía en casa.
Vainica Doble es una interesante anomalía dentro del pop
español. Fueron un dúo único con un universo propio formado por dos chicas de
personalidades diferentes –una comedida y tímida y la otra pasional- que
supieron encajar teniendo como punto de partida la cultura musical y el punto
de vista ante la vida y el arte que ambas tenían en común. Ellas eran Carmen
Santoja, madrileña, y Gloria Van Aerssen, sevillana de Dos Hermanas pero con
ascendencia aristócrata holandesa. Ambas nacieron en 1934. Se conocieron en la
Ciudad Universitaria de Madrid. Carmen estudio 5 años de piano en el
conservatorio y Gloria hizo Bellas Artes. En 1966 empezaron a fabricar con
dulzura y artesanía canciones ya con la treintena a cuestas, Gloria casada y
con hijos y a Carmen le había dado tiempo de vivir en París y había conseguido
trabajar en teatro y cine. Su primer disco (homónimo) se publicó en 1971. Antes
y después Vainica Doble hicieron muchos trabajos para televisión y cine en
forma de sintonías y bandas sonoras. En años en los que la militancia en
cualquier organización era la norma, ellas reivindicaban su propio espacio, sin
posicionarse políticamente ni de ningún otro modo. Su música siempre tuvo una
conexión rock pero ellas mezclaban con naturalidad estilos y sonidos además de
sus voces. Sus inspiradas letras se sitúan entre el juego infantil, la ironía
con inteligencia, el cuento, la sensibilidad y la observación de detalles
cotidianos. El tipo de sentido del humor y la intención didáctica de las letras
no fue bien vista por la censura de la época en sus inicios. Reacias a actuar
en directo y a sufrir presiones por parte de los sellos discográficos, nunca
saborearon el éxito y la popularidad. Se quedaron en un tesoro personal de cada
uno de sus fans. Siguieron publicando discos aunque con paréntesis temporales
amplios. Carmen también escribió letras para otros y cuentos infantiles y
Gloria continuó pintando. El fin de este irrepetible dúo llegó con la muerte de
Carmen mientras mezclaban el que ha sido su disco póstumo: “En familia”, en el
año 2000. Su influencia y la influencia de su legado en multitud de grupos es
patente.
“Contracorriente” es su tercer disco. Un disco progresivo donde el ambiente rock es evidente y por el que se pasean las voces de ambas, una melódica y clara y la otra borrosa y firme. Los toques instrumentales exóticos abundan y enriquecen las canciones que como siempre están protagonizadas por unas letras buenísimas, con toque naif marca de la casa. Este es un disco que para disfrutarlo es necesario entrar primero en él. Franquear la entrada no es costoso. Una vez dentro podrás saborear de nuevo sensaciones y recuerdos de la infancia, de tus vivencias personales pero también las historias que se desarrollan en las canciones te provocaran nostalgia de cosas y lugares que no te pertenecen. Una auténtica joya.
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