Roger
Keith Barrett, más conocido como Syd Barrett fue un músico inglés de un
notable talento al que su débil estabilidad mental acrecentada por el
abuso de las drogas mermó su capacidad creativa hasta el punto de llegar
a anularla completamente y de influir en su personalidad hasta hacerlo
un ser irreconocible para sus allegados. Una oscura historia de
decadencia la suya. Fue líder, cantante, guitarrista y compositor de
Pink Floyd en sus inicios, pero sólo dos años después de la fundación de
la banda el resto de miembros lo empujó a abandonar el barco debido a
sus problemas mentales que afectaban a su comportamiento. Después de
Pink Floyd Barrett grabó tres discos a principios de los 70 –uno de
ellos rechazado entonces por la discográfica y publicado finalmente a
finales de los 80-. Después de esto el ostracismo hasta su muerte en
2006 a los 60 años.
“Barrett”
es un disco extraño y brillante, humano y desgarrador. En algunos
momentos el disco se torna desordenado y sincopado reflejo quizá del
momento vital de su creador. Aquí las influencias y el gusto por el
blues de su creador salen a relucir. Fue grabado en los estudios Abbey
Road y producido por David Gilmour (quién lo sustituyó en Pink Floyd
tras su forzosa marcha), que también se encarga del bajo y de algún
instrumento más. Para sacar adelante este disco Gilmour y la compañía
discográfica tuvieron trabajo extra motivando e intentando que Barrett
se centrara. Algunas canciones están decoradas con arreglos extra y en
otras la sencillez es la marca. La portada es una ilustración del propio
Barrett. Es este un disco de escucha reposada, para intentar comprender
el universo interior de su creador al que quizá las luces de la fama
empujaron o convencieron para virar hacia la sombra.
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