
Low se formaron en 1993 en Duluth, Minnesota. La columna vertebral está formada por el matrimonio mormón formado por Alan Sparhawk (guitarra y voz, y con proyecto paralelo –Retribution Gospel Choir- donde muestra con creces su lado más rockero, sobretodo en directo) y Mimi Parker (percusión y voz). Ellos dos y sus armonías vocales son la piedra angular del grupo. Sucesivos bajistas han pasado por la formación. El primero y también fundador del grupo fue Zak Sally y actualmente es Steve Garrington (también en Retribution Gospel Choir). Desde el primer disco evidenciaban poseer un universo sonoro propio y muy particular. Un universo lleno de belleza y desolación, de delicadeza y distorsión. Low son un grupo que te marca de por vida ya en la primera escucha. Buena parte de la creación de Low tiene que ver con la relación que mantienen Alan y Mimi. Su fórmula es alcanzar grandes cotas de intensidad con los mínimos elementos y dejar espacios en sus canciones para que los pueblen las emociones. En una entrevista el año pasado Alan decía: “Siempre hemos luchado por mantener esa atmósfera, ese sonido mínimo, que deje espacio para que la mente del oyente pueda conectar con el espíritu de la canción.” Low forman por derecho propio parte de la historia del rock, por renovadores y por su sonido ascético y minimalista.
“The Curtain Hits The Cast” es el tercer disco de Low. Aquí ya habían refinado la fórmula y muestran un disco enorme en parte tenebroso y por otra esperanzador. Estás canciones sobre la futilidad de la vida poseen una enorme fuerza emocional a base de lentitud, espacios entre nota y nota y crescendos épicos. La percusión mínima y sutil de Mimi, las guitarras limpias de Alan y el bajo de Zak crean momentos celestiales y etéreos que hacen de la audición de este disco algo místico muy especial. Melancolía y muchos otros sentimientos te invaden mientras te envuelve esta música espiritual e inquietante en el salón de tu casa una tarde cualquiera, con inestabilidad meteorológica al otro lado del cristal y que provoca que otras muchas almas perdidas estén afligidas porque su lado espiritual más hortera no ha podido salir de procesión por la calles de la ciudad. En fin, una ciudad de contrastes esta Sevilla nuestra.
Qué bonitas palabras les dedicas a Low, se lo merecen. Yo también levité con ellos la semana pasada, y en una antigua iglesia, imaginate qué sensación. Curiosamente comentas el único disco de ellos que no tengo; tendré que hacerme con él de inmediato. Saludos!!
ResponderEliminarDiscazo Mary, investígalo, merece de sobra. Saludos de vuelta...
ResponderEliminar