miércoles, 16 de mayo de 2012

“ETERNO SALUDO MUSICAL” 2011. LOS ETERNO


Los Eterno son un grupo afincado en Madrid y surgido de las ganas de tocar juntos de un grupo de amigos con larga trayectoria en otras bandas, alguna muy reconocida. Ellos son Fino Oyonarte, Cristina Plaza, Nacho Olivares y Jaime Sevilla. Se conocen bien y poseen un universo sonoro particular y propio de temática ambiental. El nombre del grupo viene –según ellos- de la tardanza muy suya en hacer las cosas. La razón de ser del grupo es la improvisación.

“Eterno saludo musical” es su debut editado sólo en vinilo y gestado mediante grabaciones de poca calidad en sus reuniones caseras para tocar. A partir de ahí filtraron lo interesante de lo que no lo era y fueron tirando de hilos que parecían que pudieran llegar a ser canciones. Las canciones que lo forman son envolventes, llenas de sendas y vericuetos sonoros. Algunas tienen tintes hipnóticos y otras cariz psicodélico. En ellas hay rock, post-rock y música cinematográfica. Una coctelera donde caben variedad de sonidos y texturas y cuyo resultado deja muy buen sabor al paladar auditivo. Un disco estupendo para saborear tranquilamente en casa.

A Los Eterno los vi en directo hace un par de meses en el auditorio del Cicus (un bonito edificio de la Universidad de Sevilla dedicado exclusivamente a actividades culturales). Escaso público (y eso que la entrada era a precio popular) pero muy buen concierto el que dieron -aunque la monotonía se apoderó de la situación en algún tramo-. Intercambiaban sus instrumentos a medida que avanzaba el concierto demostrando la versatilidad de cada uno de ellos. Quizá falto algo de volumen y menos cháchara por parte de algunos de los asistentes. Igualmente disfrutamos los que nos dimos cita allí aquella noche.




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viernes, 11 de mayo de 2012

“ANOTHER MUSIC IN A DIFFERENT KITCHEN” 1978. BUZZCOCKS


En este blog no podía faltar un disco de los míticos Buzzcocks, fundamentales para entender toda la escena punk-rock británica de finales de los 70 y también para todo lo que vino después en Manchester, incluidos los 80 y los 90. Formados en 1976 en Manchester en plena explosión punk, fueron los Sex Pistols una influencia definitiva en la formación de la banda. En principio fueron Howard Devoto y Pete Shelley los fundadores aunque el primero abandonó al poco para seguir por otros derroteros musicales, dejando al mando a Shelley. La formación cuando se publico el disco del que hablo aquí (antes y después sufrió cambios) eran el propio Pete Shelley (guitarra y voz), Steve Diggle (guitarra), Steve Garvey (bajo) y John Maher (batería). Los Buzzcocks dejaron de lado el virtuosismo que imperaba en la época en las bandas de rock, regresando a los orígenes del mismo a base de ritmos agresivos, buenas melodías y unas letras cargadas de cinismo. También estaban un peldaño por encima del punk básico gracias a los conocimientos de Pete Shelley sobre el rock clásico y el Krautrock.

Tras grabar varios singles y un EP, los Buzzcocks publicaron “Another Music In A Different Kitchen”, un largo de debut lleno de energía apabullante. La mayoría de las canciones de este disco son breves y certeras. Punk-rock y melodías pop, con estribillos memorables y ritmo trepidante. El ingeniero de sonido fue Martin Rushent, el mismo del “Electric Warrior” de T. Rex. Un disco imprescindible este y que sin duda incita a subir el volumen. Cuando se publico inundó las Islas Británicas con el sonido característico de los Buzzcocks e inspiró a otros muchos músicos paisanos suyos creando una escena inolvidable en el decandente y depauperado Manchester.

A los Buzzcocks tuve la suerte de verlos en directo dentro del Monkey Week de hace un par de años en el Monasterio de la Victoria –el mismo de donde se fugó El Lute- en el Puerto de Santa María y me lo pasé en grande. Me impresionó que aún a día de hoy la voz de Pete Shelley siga siendo aguda. Aunque la verdad es que con el repertorio de canciones que poseen es fácil hacer pasar a la gente un buen rato. Cumplieron, sí señor, aún a pesar de ser unos abueletes.





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sábado, 5 de mayo de 2012

“THE DAYS OF WINE AND ROSES” 1982. THE DREAM SYNDICATE

The Dream Syndicate fueron una banda californiana surgida en los primeros años de los 80. La formación inicial estaba compuesta por Steve Wynn (voz, guitarra), Kendra Smith (bajo), Karl Precoda (guitarra) y Dennis Duck (batería). Ellos tenían como principal referente a la Velvet Underground y esto se reflejaba en sus canciones. Formaron parte de una escena-movimiento en el que se reivindicaba la instrumentación tradicional rock –algo de aquellas obsoleto- . También hacían suyas algunas maneras del punk y tenían gusto por la psicodelia de los 60. Esta escena-movimiento se llamó Paisley Underground. Como banda estuvieron en activo hasta 1989 aunque ya en los comienzos dos de sus miembros fundadores –Kendra Smith y Karl Precoda- saltaron del barco.

El primer disco de The Dream Syndicate lo descubrí no hace mucho gracias la visita que hice a casa de un amigo apasionado del rock y con una colección muy bien surtida de vinilos. Agradecido le estoy facilitarme el haber llegado a este disco. Su portada antes de ponerle la aguja encima me llamó la atención, una portada minimalista muy acertada en cuanto a composición y colores. El título del disco me pareció buenísimo y el de la banda mejor. Pues ya en la primera escucha supe que iba a hacerlo mío. Y tras saborearlo unas pocas veces más ya me dije que este era de los imprescindibles, de los buenos, buenos. “The Days Of Wine And Roses” es un deslumbrante debut lleno de canciones aceleradas y rabiosas pero también de otras atmosféricas e intensas. Fue grabado en sólo 48 horas y sorprende de principio a fin por sus guitarras cargadas de intensidad emocional y por el particular sonido que consiguen, un sonido sólido y maduro impropio de bandas principiantes. Este es un disco fresco y espontáneo lleno de matices al que le ha sentado muy bien el polvo. Inmediatez rock pero también experimentación y desarrollos y sobre todo frescura. Una joya de los 80, un discazo vaya. Da igual que –como yo- llegues a él con retraso.



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